viernes, 5 de noviembre de 2010

miércoles, 10 de junio de 2009

capitulo 2. Un cambio en mi vida.

Comenzamos a atravesar el parque. El día comenzaba a alumbrarse y calentarse.

-Ya deja de preocuparte-dijo con una voz más alegre-viniendo con migo no te dirán nada

Creo que no entendía que el venir con ella era lo que me ponía en riesgo. Al llegar al otro lado del parque, antes de cruzar para llegar a su casa, pude ver todos los policías que escoltaban la casa del alcalde, lo peor es que ellos también pudieron verme a mí, y eso hizo que me pusiera más nervioso. Los tres que había me miraron con desconfianza, de inmediato se acercaron. Dos la tomaron del brazo, por ambos lados, y la escoltaron hasta la puerta, mientras el otro me detuvo bruscamente, y me empujó.

-¿Qué diab…-comencé a decir, pero me interrumpió de inmediato.

-Más vale que no digas nada, Uriel, no te acerques a ella.

-Pero yo n…-trataba de explicarle

-No tengo interés en oírte decir tonterías. Está fuera de tu alcance. No te acerques a ella, y que no te pase por la mente hacerle daño, te retumban en la cárcel de por vida: ¡Es la hija del alcalde!, y tu un simple vago.

No soportaba que me llamaran de una manera tan distinta a mí, bueno tal vez no era tan distinto, pero me chocaba que me lo digieran. Le tenía que repelar, aunque me detuvieran otra vez. No podía permitir que…

-Oficial-dijo una voz gruesa-déjelo, mejor que le dé la mochila de mi hija-¡¡¡ERA EL ALCALDE!!!, el oficial me arrebató la mochila y se la llevó al alcalde, el cual se dirigió a mi-Uriel, ven acá.

Me acerque temeroso.

-Mi hija acaba de informarme de lo sucedido, es muy caballeroso de tu parte traer su cosas-Ivi estaba al lado de su padre, sonriendo tímidamente, seguía con la vista hacia abajo-Gracias por ser amable con mi hija el primer día de clases.

Yo no sabía que decirle, porque creo que ella no le dijo todo, debió omitir la parte en la que ella cargó mis cosas por mi mal humor.

-N…no es nada. Así me…educó mi madre… ¿Uh?

-¿Tu madre?- dijo sorprendido

-Si…Mi padre no vive con nosotros-el alcalde se quedó pensando un rato

-Tal vez sería buena idea que tú y tu madre nos acompañaran hoy a comer ¿Qué te parece?

-…me encantaría Señor, pero debo ir a trabajar

-¿Trabajar?, vaya tu no dejas de sorprenderme-sonreí

-Es que ayudo a mi mamá con los gastos de la casa, en realidad no la dejo trabajar, ya trabajó mucho mientras yo era un niño…ahora es mi turno.

-Bueno entonces no te interrumpo mas, ya será otro día, avísale a tu madre

Asentí, me despedí de ambos con un movimiento de cabeza y me di la vuelta y vi de reojo al oficial, diciéndole “y yo gano”, y el me decía con su ojos “te voy a vigilar”. Cuando llegué a mi casa mi mama me estaba esperando con la comida. Ahí le expliqué todo el royo del alcalde y su hija, omitiendo, claro, lo de la apuesta con mis amigos. Al terminar, me levanté y salí corriendo al trabajo. Eran como las 5:00. Yo trabajaba en un taller ayudando en lo que fuera necesario. En realidad no recuerdo cuanto me pagaban, pero era más que suficiente para los gastos de la casa y extras. Terminé como 8:30, me pagaron y me fui con mis amigos como habíamos acordado.

Llegué unos cinco minutos antes de las nueve. Comencé a meditar por primera vez lo que había pasado. Las autoridades jamás me habían tratado bien, siempre me juzgaban precipitadamente por el rostro de “delincuente” que tenía (que al parecer saque de mi padre). Pero en realidad, mi madre se había esforzado mucho para inculcarme valores, y lo logró, pero el trato de la gente hacia mi hizo que todo mi “yo” se fuera endureciendo, por eso tenía un carácter tan frio. Pero el alcalde había sido amable con migo, no se había precipitado a juzgarme. “Tal vez pase algo bueno” pensé pero no sabía que todo en mi vida sería diferente…

-¡wow! ¡Uriel!-gritó marco cuando iban llegando.

-¡Llegaste temprano!-dijo Isaac riéndose-¡Va a llover!

Esos dos eran mis amigos. Los tres dependíamos unos de otros. Marco era prácticamente un mujeriego, todo el tiempo lo veíamos con una persona diferente, creo que jamás me aprendí un nombre, excepto algunos, como Tisbe, que duró un poco más. El solía hablar de aviones, eran su sueño, lástima que lo hayan llevado a una catástrofe… Isaac era casi lo contrario, era muy romántico y le costaba mucho separarse o enamorarse de alguien, estaba súper clavado con Jessy, la quería mucho: la procuraba, la atendía, le llevaba serenata (que muchas veces tuve que ir con él), y le daba un resto de detalles. Él soñaba con futbol, esa era su pasión; también adoraba su patineta “sagrada”, y todo lo que tuviera ruedas: Patines, motos, autos…creo que tenía una obsesión con los círculos. Jamás nos habíamos separado desde que íbamos en la primaria. Ya confiábamos unos en otros, o con más facilidad.

Platicamos un rato, no recuerdo de qué, pero fue un tiempo largo, debimos estar hablando de ese día, de los trabajos que teníamos. Seguro tocamos el tema de las patinetas y los aviones, creo que hablaron mucho tiempo de sus novias, porque recuerdo que comenzaba a aburrirme; hasta que mencionaron a Ivi. Les platique del alcalde más que de ella, en realidad hacia todo eso por una apuesta, ella no resaltaba mucho para mí.

Ya eran las diez de la noche, pero teníamos algo de hambre, y aun era temprano. Fuimos a comer algo, y, con lo que hablaban los dos, con lo tragones que éramos y lo lento que comíamos, nos dieron las once y media. Después nos fuimos a casa cada quien. Al llegar, me sentía muy cansado, me tumbe en la cama y cerré los ojos. Nos esperaba un gran día, un extraño y largo día. Todo estaba a punto de cambiar, de eso no había duda.

Bip-bip, Bip-bip, sonó mi alarma. Mi mamá debió ponerla tan temprano. Me levanté de mala gana, seguía dormido y tenía los ojos pegados. Aun traía la ropa del día anterior. Como pude me metí a bañar. Desperté por completo y bajé corriendo las escaleras.

-Buenos días ma’-dije mientras me acercaba a darle un beso en la mejilla.

-Buenos días Uriel- dijo sonriendo-esta vez no te vas sin desayunar

-Supongo que por eso hiciste que me levantara tan temprano

Sonrió, almorzamos juntos. Ella era prácticamente toda mi vida, era a la única persona que recordaba con cariño. Mi padre nos había abandonado, desde antes de que naciera. Lo odiaba con todas mis fuerzas, había hecho que la vida de mamá fuera muy complicada y no lo podía soportar, el rencor hacia él había echado a perder mi carácter, y ahora parecía que odiaba a toda la humanidad.

Terminé de comer, me despedí y salí. Era algo temprano para mí, y por lo mismo mis cuates no se unieron con migo en el camino. Cuando llegué, lo primero que vi fue a Ivi, estaba volteada de espaldas a mí, hablaba con tres chavas: una era una prima (Denis), otra era hija de una amiga de mi mamá (Adriana) y la otra era de esas que se creen el centro del planeta (Brenda), me caía mal. Parecía que se conocían de hacía años, hablaban todas sonriendo. Supongo que tenía que ir a hablarle a Ivi antes de entrar a clases, para que creyera que tenía interés en ella; pero con esas tres ahí sería más difícil hablar para mí.

Miré a todos lados y me decidí. Comencé a caminar, entre más cerca estaba, mas me daba cuenta de que todo parecía distinto, como si hubieran pasado semanas y yo me las hubiera perdido toditas: Ivi

capitulo 1.La chica nueva

Era una mañana fría de noviembre, las nubes obscuras, todavía no amanecía por completo. Comencé a vestirme como siempre: playera, blanca (en esta ocasión) y pantalón de mezclilla. Baje corriendo, casi volando. Mi mamá me esperaba con el desayuno

-Cuarto para la hora, ya no tengo tiempo-dije mientras corría, tomé un pan tostado y le besé la mejilla, para volver a correr en dirección de la puerta.

-Ten cuidado-gritó como cualquier madre preocupada por su hijo.

Mi madre y yo vivíamos solos, ella era madre soltera. Tenía su lugar en vida. Tomé mi chamarra del perchero, una de esas negras como de motociclista. Salí corriendo mientras me la ponía. Después de medio camino comenzaron añadirse “mis cuates”: Marco e Isaac, esos dos eras de los chicos problemáticos que todos odian, y a mí me consideraban como ellos. Yo era como su cabeza, su líder, como quieran llamarlo. Aunque me parecía (muchas veces) tonto lo que hacían.

Llegamos a la escuela, nadie había dicho nada, cruzamos la escuela para llegar al salón, directos a los asientos de hasta atrás.

-¡A un lado!- dijo Marco a alguien que ocupaba su lugar

-¡Quítate!- dijo Isaac haciendo lo mismo con otro

No hubo necesidad de que yo digiera algo, con una mirada el chavo se quitó y me senté. La siguiente hora fue tan aburrida: el maestro habló y habló de no sé que hasta que dijo:

-Denle la bienvenida a Ivi, su nueva compañera.

Y de la puerta entró la tal Ivi. Nuestra mirada se cruzó por un instante.

-¡Ja!-rió Isaac, ella había tropezado

-Viste eso Uriel!-lo voltee a ver con extrañeza, no me había causado risa, era tan solo un tropezón, nada espectacular, pero al verlo reír me contagie y comencé a reír con él, no pude evitarlo, intente parar y no pude, entonces me recargue en la paleta de la banca, con los brazos cruzados sobre ella para esconder el rostro y el maestro no me viera. Por fin dejé de reír.

-¡Marco!- Gritó el maestro- pasa al frente.

Alcé la cabeza: el estaba pasando al frente y la chica nueva ya estaba sentada. Marco hizo el ridículo enfrente de la clase al propósito, todos pegamos la carcajada. En ese momento sentí una mirada clavada en mi, voltee a todos lados pero no vi a nadie mirándome. Todos reían excepto “ella”, la chica nueva, al parecer no tenía confianza para reír aún o algo así. Parecía nerviosa y no sé por qué.

Al salir a descanso se acercaron las novias de esos dos, iban en otro salón y solo las veíamos en el descanso, se encimaron en ellos. Una comenzó a reír señalándome con la mirada.

-¿Qué?- dije secamente

-Ay no me digas que no la viste- dijo con su clásico tono de mujer chismosa.

-¿De qué diablos hablas?

-¿En serio no la viste?-dijo la otra asombradísima-Ivi, la chica nueva

-¿Qué hay con ella?- dije con indiferencia

-¡Te estaba mirando! ¿De veras no la viste?

-¿Bromeas? ¿Por qué habría estado mirándome?

-¡¿Da?! Tal vez vio una mosca y la siguió hasta que llegó a ti-dijo una, la de marco, creo que era… Jessica, todos la llamaban Jessy

-¡Es obvio que te miraba por que le gustas!- dijo la otra: Tisbe, jamás había escuchado ese nombre, pero…

-Sí, viejo-dijo Isaac-cuando entró se te quedó viendo y por eso casi se da en la…

-¡Torre!-dijo casi gritando Tisbe interrumpiéndole

-Mira-me dijo Marcos soltando a Jessy-te propongo algo: qué tal si te acercas a ella, eres el único “soltero” y creo que ya te toca-le disparé con la mirada y se cayó.

-Vamos, el tiene razón

-No sean tontos, el no hará eso-interrumpió Tisbe, y yo afirmé con la cabeza-la tiene que conocer primero para después subir de escalón-entonces la voltee a ver con cara de ¡Nooo!, algo asustado y sorprendido

Por alguna razón no me parecía, no lograba caerme, pero después mencionaron una apuesta y ya saben a nadie le gusta que lo llamen gallina o algo parecido así que acepté, con una pequeña molestia en la conciencia que no tomé en cuenta.

-Tienes 10 minutos para empezar antes de que termine el descanso

-¡Mira ahí va!

Caminé en dirección a ella y cuando ya casi llegaba, me di la vuelta y comencé a caminar de espaldas, para chocar con ella “accidental mente”, y para que creyera que iba “distraído”, hice como si hablara con alguien allá a lo lejos, haciendo señas a lo tonto y… ¡zaz! Choqué con ella, haciendo que tirara sus cosas. Me di la vuelta repentinamente, ella volteó a verme un par de segundos, que en realidad se me hicieron algo infinitos, sentí de nuevo una molestia. Se agachó para recoger sus cosas rápidamente, me agaché también y la comencé a ayudar. Ella tenía la mirada hacia el piso, yo no sabía que decir, no era un maestro del chantaje o manipulación… bueno tal vez de la manipulación sí, pero no del chantaje.

-…disculpa…no era mi intención-creo que ni yo me la creí-…no puse atención a…-nuestras manos se tocaron.

Ese momento…en realidad no entendí el significado de lo que había sentido: cuando toqué su mano, fue…tuve…tuve una sensación inexplicable, jamás la había sentido. Me miró y quitó su mano en un solo movimiento, no lo vi venir.

Terminamos de recoger sus cosas, le extendí la mano, ella me miró un instante y luego la tomó. Nos levantamos. Me sentía algo incomodo…

-Soy Uriel- estiré mi mano de nuevo

-Ivi- me dijo con esa voz tan pequeña que tenía, yo no sabía qué hacer, recordé algunos de los consejos que me habían dado Marco e Isaac… así que, cuando me tomó la mano, besé su mejilla. Ella se puso roja, roja, y en seguida agachó su cabeza.

-Mucho gusto- dije con torpeza- mmm… es lindo

-¿uh?

-…Tu nombre… es lindo- ya no sé quién de los dos estaba más avergonzado, mi parte tierna era demasiado torpe. Yo creía que más roja no podía estar, pero se sonrojó aun más. Levantó el rostro: piel blanca, ojos claros, y cabello castaño, era linda, eso era todo.

-Gracias.

Comencé a desesperarme, no le veía chiste a estar ahí parado en frente de alguien a quien hoy vi por primera vez y que habla menos que yo. Traté de acomodar mis ideas, habíamos hecho una apuesta, debía pensar en algo para platicar con ella, pero ¡NO SE ME OCURRIA NADA! Creo que era por que los demás siempre eran los que hablaban.

-Aaaa…-sonó el timbre ¡GRACIAS AL CIELO!-Vamos es hora de clases-Uy si, como si me encantara entrar a clases, ella se me quedó viendo como preguntándome ¿vamos? ¿Tú y yo? ¿Al salón?- Si, vamos tú y yo, o ¿quieres ir sola?... ¿no? ven- dije realmente seco, no le di tiempo de contestarme nada.

Comencé a caminar, sin esperarla, pero corrió a mi lado. No alzó la mirada para nada, y esa tonalidad roja en su rostro ya era TAN normal e iba tan nerviosa que yo también comencé a ponerme nervioso, no estaba bien seguro de lo que hacía. Regularmente era muy serio y grosero, pero esta vez había intentado ser amable, que francamente yo creo que no me salió. Ll gamos al salón

-Pasa- dije de nuevo serio.

Pasó, entré detrás de ella. Lo único que quería era, ya, descansar e irme con mis amigos, pero cuando los miré hicieron que me sentara con ella. Y ahí me ven, preguntándole si me puedo sentarme con ella, y es que una apuesta es una apuesta. Me miró con ternura y afirmó con la cabeza. Los tipos estos me aventaron mis cosas, bueno mi mochila, que creo que solo traía un cuaderno de “todología”. Me senté a su lado. Por primera vez puse atención a lo que el maestro decía, y entendí varias cosas, como el por qué reprobaba siempre los exámenes. Pero creo que ella no puso nadita de atención, sentía que me miraba muy seguido, de vez en cuando la volteaba a ver, pero ella se volteaba inmediatamente.

Ya solo faltaban15 minutos de clase, el maestro dio el tiempo libre y se salió. Voltee a ver a mis amigos y me dijeron que hablara con ella. No fue necesario.

-Uriel…yo…-dijo muy quedito

-¿Si…?

-Me preguntaba si…bueno…me podrías aaa…-ella estaba temblando de los nervios-acompañar a mi casa…es que…

-¿Tu casa?- dije secamente

Agachó la cabeza tipo Hinata cuando habla con Naruto.

-…si-dijo de tal manera que apenas pude oírla

- y ¿Dónde…?

- A como 3 cuadras de aquí, frente al parque principal-dijo inmediatamente

-¡¡¡¿QUÉ?!!! Ahí es donde vive…-dije sin poder terminar

-Si…

-Entonces ¿tu eres la…?- asintió con la cabeza.

-Si

Apenas podía razonar: todo se había mezclado. No lograba entender todo por completo. Si ella era quien yo creía que era, me encontraría en problemas.

-…si…-dijo aun mas quedito- yo soy…-no quería oír que lo digiera, y es que no podía ser ella, no tenía que ser ella-…soy…la hija del alcalde.

Lo dijo. Si era. Por dentro no dejaba de repetirme “¿Que voy a hacer? Si me acerco a ella todas las autoridades se me van a echar en sima y me van a triturar… al menos que ella lo impida, pero…¡¡¡¿QUÉ VOY A HACER?!!!

-Ee…-me detuve inmediatamente, ella me miró, esperaba una respuesta afirmativa de mi parte, y por un lado yo me sentía muy comprometido con ella, ya saben la “amabilidad” y todo eso- EEE…creo que…sssssssss…sería mejor que fueras sola- Agachó la cabeza…creo que no se sentía bien…creo que la destrocé, y al mismo tiempo, yo me sentía inquieto, mi conciencia no me dejaba de molestarme.

-ah…no…no hay problema-levantó la cara para mirarme: sus ojos se habían cristalizado a punto de llorar

No sabía qué hacer, y es que un hombre criado por una mujer, por más seco que sea, puede ser muy sensible, debía remediarlo. Pero ¿Cómo?

-…aunque…también es buena idea que te acompañe…ya que…bueno…ahhh…puede que… ¿te pierdas?-no sabía ni como decírselo, ella me miró, cambió su mirada a ternura y sonrió levemente

-mh…claro

- Bueno…te acompaño…tu sabes…para que…-estaba nervioso, quería decirle algo así como para que no te roben o, ¡no se!, pero que se viera medio acá, pero ya en que soy medio torpe y…-para que… ¿no vallas sola?, bueno porque me gustaría acompañarte…

Bueno ya lo había dicho, faltaba a reacción de ella, de mis amigos y mía. Todo el mundo se quedó callado, nos estaban mirando, habían oído lo que le dije, y creo que nadie lo podía creer, tenían unas caras de asombro, que después me dieron mucha risa, pero en ese momento no me cayeron muy bien, incluso el maestro (que acababa de entrar), nos miraba. Ella se sonrojó y sonrió. El profesor dio salida al grupo. Salí corriendo.

-Te espero afuera- dije rápida y golpeada mente

No le di tiempo de responder nada. Con una mirada hice que Marco e Isaac se levantaran y saliera de tras de mí.

-¿Qué pasó?-me dijo Isaac con un tono TAN metiche-¿Qué fue eso? Todo el mundo oy…

-¡¡¡YA SE QUE ME OYERON, TONTO!!!-grite muy enojado

Ambos se callaron. Los miré diciéndoles “ni una palabra”

-Adelántense, me voy con ella, nos vemos a las 9:00 como siempre ¿de acuerdo?

Asintieron y se fueron con sus novias (que acababan de llegar) de la mano. Ivi salió con sus cosas y…las mías. Creo que me encontraba tan acelerado que olvidé que traía cosas, me sentí apenado, pero aun traía un mal humor.

-…lo siento…se me ol…bueno no importa- le estiré la mano y me dio mis cosas-también dame las tuyas, yo me las llevo-me miró extrañada-prometo no salir corriendo con ellas- le dije y mas alivianado.

-Gracias-fue todo lo que dijo.

Salimos de la escuela y caminamos sobre la calle, una o dos cuadras, para doblar a la izquierda hasta el centro del pueblo. Ninguno de los dos dijo nada. Todo el tiempo estuve con mis manos dentro de las bolsas de la chamarra, mirando todo menos a ella. Y ella nerviosa y con la cara agachada y roja; como siempre, solo que esta vez sonreía un poco, una sonrisa sincera. Me miraba de vez en cuando y volvía a su “pose” original.

Llegamos al parque central. Comencé a ponerme nervioso. En frente, aun lejos, estaba la casa del alcalde…no tenía yo muy buena fama entre todas las autoridades. Había sido llevado a comisaria dos veces en patrulla, ambas por una pelea. La primera fue en la calle, estaba con mis amigos, estábamos tranquilos, pero llegaron otros problemáticos, comenzaron a insultarnos sin razón alguna. Yo no quería problemas, así que traté de ignorarlos. Pero no dejaban de molestar.

-¡Mira!, no quiere líos, ¡que tierno!-Isaac estaba a punto de echárseles encima.

-Déjalo, no le hagas caso-yo trataba de que se relajara, pero entonces cometieron el peor error que pudieron haber cometido

No voy a transcribir sus palabras. Pero insultaron a mi madre, y es algo que a nadie perdonaría jamás. Voltee con una mirada prácticamente de demonio, y me abalancé sobre él. Sus amigos intentaron detenerme, pero los míos tenían muchas ganas de golpearlos, así que también tuvieron que intervenir. Lo golpee hasta que llegaron las autoridades, el ya estaba a punto de caer inconsciente. Así llegué ese día a comisaría.

La siguiente vez fue en la escuela un tipo quería retarme, y como sabía que la única forma de hacer que yo golpeara a alguien era insultando a mi mamá, ahí ven al tonto intentándolo, pero apenas dijo “tu mamá es…”, y ya estaba volando. Le di un golpe en la barbilla y voló como un metro o más. Y solo por eso di en la comisaria otra vez. ¡QUE EXAGERADOS!

Creo que ella notó lo nervioso que estaba.